Maria Cristina Millan Pilkinao

Llamuco alto, 62 años

TEJIDO A TELAR MAPUCHE
Mantera

Comunidad José Alonkeo
Comuna Vilcun
Araucania

+56 9 81447000

Desde los 6 años Cristina comienza a usar el huso para hilar, descendiente de un linaje de textileras por madre y padre. Aprende de su abuelo materno y el hilado de su tía abuela, que era lawentuchefe. Del telar mapuche aprendiendo primero a tejer liso y a los 11 años le enseñan a tejer con diseños. A los 13 años viaja a Santiago para trabajar y ayudar a sus hermanos y padre. Cuando Cristina lleva 20 años de empleada decide volver a sus tierras… “Seguramente mi Ngen (espíritu) me trajo para acá… como yo soy una persona especial, me trajo a mi tierra”.

Contexto Territorial: Cristina ve el tema medioambiental complicado, han evidenciado a la disminución del recurso hídrico a su alrededor a causa de las plantaciones de eucaliptus y pino y han visto como ha disminuido el menoko que poseía maquis, hualles y canelos. A la vez, cuenta que se ha secado una vertiente que tenían en sus tierras desde donde obtenían barro para teñir. Ella comenta que frente a su casa había una laguna donde se bañaban en otra época pero que ahora está completamente seca.

Diapositiva anterior

Diapositiva siguiente

Técnicas / Recursos / Herramientas: Como mujer mapuche y textilera, Cristina aprendió de su familia principalmente a hacer mantas con diseños, ella hila y compra la lana en vellón pero a veces las labores son demasiadas en su campo por lo que compra la lana ya hilada para tejer. Ella se define como mantera que trabaja en un formato grande ya que se puede expresar mejor en dicho formato. Además de mantas que le toman una semana y media en elaborar, Cristina realiza echarpes, bajadas de cama y trabajos en formatos grandes principalmente.

Particularidades: Cristina es textilera en telar mapuche, pertenece a la ruta del telar ubicada en sector Llamuco Alto, ruta S-259. Comuna de Vilcún. Actualmente tiene un espacio en “FOLLEN RUKA” (casa del canelo) donde vende sus textiles, comidas tradicionales, realiza charlas sobre su cultura. Ella reconoce que tiene un don heredado de su tía abuela que también era machi, a veces sueña con el llamado y mantiene en su ruka las hierbas e instrumentos, con las que se baña cuando se siente mal, que necesita cuando hace un llipun en las mañanas.